lunes, 3 de octubre de 2016

El vasito de la paciencia

¡Hola mundo!

Lo primero que quiero compartir con vosotros/as es una historieta que me inventé el pasado jueves para que mis alumnos entendieran el concepto de paciencia. Como muchos habréis escuchado, los maestros tenemos esta virtud bastante entrenada (al menos así lo creo yo) pero, como a todo el mundo, a veces se nos agota y reaccionamos de manera quizás exagerada, creedme, luego nos vamos a casa dándole muchas vueltas.

A mi parecer, es muy importante enseñar a los niños a reconocer los sentimientos ya que sólo así somos capaces de controlar nuestras emociones (a propósito de esto, me he encontrado con una imagen muy buena cuyo origen es http://www.orientacionandujar.es/2016/05/16/pequenas-frases-las-emociones/ que les proporciona vocabulario para expresar cómo se sienten):



Bueno, como decía, para mí es esencial que los niños sepan cómo se sienten, lo expresen de forma correcta y sean dueños de sus emociones. Por este motivo, tiendo a contarles cómo me siento muy muy a menudo ("chicos, qué contenta estoy hoy, he abierto un libro que tenía en casa y ha aparecido dentro una foto que creía que había perdido y a la cual tengo mucho cariño" o bien "hoy me siento un poco enferma ya que me duele bastante la garganta, seguro que sabéis entenderme" etc.)
El jueves pasado fue un día intenso, de mucha actividad, ya que a primera hora tuvimos una preciosa celebración en la iglesia del colegio y más tarde otras actividades variadas. Por este motivo, supongo, los niños estaban especialmente alterados. Por otro lado, tuve la "brillante" idea de ponerles a trabajar plástica en grupos,... en fin, supongo que os imaginaréis a estas alturas el por qué del título de esta entrada. Efectivamente, se me agotó la paciencia, cancelé la actividad y decidí inventarme esta historieta:

Os voy a contar la historia de "el vasito de la paciencia"- dije.
No sé si sabéis lo que significa la palabra "paciencia" (algunos sí levantaron la mano y me dijeron que la paciencia se te agota cuando estás harta, no iban desencaminados, ni mucho menos). Os lo voy a explicar para que lo entendáis. Tenéis que imaginaros que las personas tenemos dentro un vasito vacío que se llama el vasito de la paciencia. Cuando estamos tranquilos, contentos, relajados, no hay nada dentro. Sin embargo, a veces pasa que nos vamos enfadando poco a poco por cositas no muy importantes. Cuando los profes nos tenemos que callar porque estáis hablando, o cuando vemos que hemos explicado algo y no nos habéis escuchado, o cuando los niños gritan,... en fin, cada vez que vemos alguna cosa que nos enfada un poco, es como si una gotita cayera en nuestro vasito de la paciencia. Poco a poco se va llenando, ¡Y eso que el vaso de los profes es bien grande! y si a veces tienen lugar días como hoy en los que no os habéis portado nada bien (en este momento algunos traviesines agachaban la cabeza y evitaban el contacto visual,  cómo saben) el vaso se llena tanto, tanto, tanto, que rebosa. Y cuando el vaso rebosa, ay, amigos, pasan cosas como lo que acaba de pasar, que los profes tomamos decisiones bastante drásticas: os habéis quedado sin actividad.
¡Pero no creáis que esto sólo pasa en el cole! (aproveché entonces para poner un ejemplo práctico con mi alumna I. y su hermana pequeña C. imaginando que la segunda, más pequeña, no paraba de molestarla e I. perdía la paciencia).

Bueno, ¡Pues parece que lo entendieron! se van portando mejor y van entendiendo que hay momentos en los que tienen que controlar sus ganas de "charlotear" (como suelo decirles). Lo mejor, sin duda, fue escuchar a mi alumno A. decir ¡Chicos, cuidado, que la profe está "hartada"! cuando vio mi cara al hacer la fila: debía ser bastante evidente.

¡Un abrazo!

Marta, o la profe de las mariposas.

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